quarta-feira, 19 de dezembro de 2012

uma vala comum no jardim da tua mãe

Num dia muito bonito, o Andi contou-me, de olhos nos olhos e viva voz, esta história.
Foi tão emocionante ouvir como é voltar a relê-la. Partilho-a porque, apesar de tudo, faz bem à saúde!


"Mis padres compraron en Espinosa de los Monteros (norte de Burgos) una casita a medias con mi hermana y su marido. Con el tiempo, nos enteramos de que alojaba en su jardín los restos de personas asesinadas por los falangistas durante la guerra civil.
El caso es que la Sociedad Científica Aranzadi, a petición de un familiar de los ejecutados, decidió comenzar a exhumar los restos el 2 de abril. Así que, como no nos lo queríamos perder, hicimos una visita extra a la familia.
Allí se presentó un equipo de unas 20 personas dirigido por Francisco Etxeberria. Este grupito de Aranzadi probablemente sea el más reconocido del estado. Su prestigio en exhumación de fosas es notorio: el doctor Etxeberria fue designado junto con otros forenses para examinar los restos de Salvador Allende y determinar si se suicidó. Por cierto: recuerdo que cuando se extrajeron la primera vez para darles un entierro digno, acudieron varios líderes autosocialistas internacionales, como Mitterrand. Pero no se vió por allí ninguna representación del PSOE. Quizá también de esto se enteraron por la prensa.
(...)
Dos fosas, 13 asesinados y 50 testigos en Espinosa de los Monteros
El martes afloraron los talones de un par de botas. Los ejecutados habían sido colocados hacia abajo, para que fueran al infierno. Parecían ahogados que flotaban inmóviles sobre la tierra. Por los libros sé que los esqueletos son restos de lo que fueron personas; pero me impactaron más las botas (parecidas a las que yo llevaba) y los restos personales: en la fosa de las mujeres -porque se enterraron separadas- apareció un espejito, una peineta .... En mi ignorancia, me conectaban directa y brutalmente con la suerte de esta pobre gente más que las fracturas del "espía" de 16 años, asesinado a golpes.
La abuela de mi amigo Javi, también fue asesinada por "espía": dos de sus hijos quedaron aislados con el rebaño en unas cabañas al otro lado de la línea del frente. Les fue a llevar comida y alguien la vió, con lo que se interpretó que llevaba información a la zona republicana. Como su marido también fue asesinado y arrojado a la fosa de mi casa, los 8 hermanos quedaron huérfanos. La madre de Javi, con 20 años, tuvo que sacar adelante la familia. En aquellas circunstancias y con sus principales recursos requisados: debía llevar personalmente 10 litros de leche diarios a la Comandancia de la Guardia Civil. Así hasta que llegó un mando que se apiadó de ellos y les dispensó de esta obligación.
Cada familiar que se acercaba a la fosa contaba su historia. Todas estremecedoras. Pero la mayoría estaban aliviados e incluso felices. Algunos no tuvieron valor de acercarse: vi una mujer que se volvió a toda prisa cuando estaba a un par de metros de la fosa. Espero que todos se sientan liberados de esta inmensa carga algún día. (...)"
(ler o texto completo aqui)

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